La Nueva España

Fundacion De La Nueva España

Cortés había llegado a la conclusión de que la estructura política creada por los mexicas no era menospreciable, de modo que los españoles sentarían sus reales en México. Reedificándola y rediseñándola (obra que consumió dos décadas), los españoles hicieron de la ciudad de México la capital de una construcción que denominaron Nueva España, comprendiendo dentro de ella a todos los señoríos aliados o sometidos por las huestes de Cortés. La extensión de Nueva España era mayor que la del imperio mexicano por que incluía a señoríos previamente independientes como, por ejemplo, los de Tlaxcala.

Así, Nueva España sería en un principio un remedo del imperio mexicano, en virtud de su estructura funcional. El control de los señoríos conquistados quedó expresado en la imposición de obligaciones tributarias. Del cumplimiento de esas obligaciones quedaban responsabilizados los gobernantes de cada señorío, los tlahtoque denominados en lo sucesivo caciques (una palabra importada de las islas del caribe). La supervivencia de los señoríos era indispensable para que el sistema funcionara, pues, se trataba de un dominio indirecto, cuyo punto crítico radicaba en la efectividad de la intermediación.

Virreinato

El Virreinato de Nueva España fue una colonia del Imperio Español en América del Norte y Centroamérica. Fue establecido tras la Conquista de México, realizada entre 1519 y 1521 por las tropas de Hernán Cortés. Fue establecido por decreto real del rey español Carlos I, del 1 de enero de 1535, aunque la instauración oficial se realizó el 8 de marzo.[1]

El Virreinato de Nueva España comenzó con los territorios de México Tenochtitlan, pero continuó su expansión por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y demás territorios de América Central.